A nivel general, la revisión de la instalación de gas es obligatoria cada cinco años (para instalaciones con de butano, cada cuatro) y sirve para verificar que no hay fugas y que el nivel de emisiones de la instalación son correctas.
Esto repercute directamente en tu salud y en la eficiencia de tu equipo. Normalmente, son las empresas distribuidores quienes se ponen en contacto con el usuario cuando la inspección de gas sea necesaria.
Sí. En las calderas estancas convencionales la salida de humos es metálica (generalmente, de aluminio), mientras que en las calderas de condensación es de pvc. La longitud máxima de evacuación es la que indique el fabricante en sus manuales de instalación y hay que prestar especial atención para asegurar un correcto funcionamiento.
Además, la caldera de condensación es conveniente que esté ubicada cerca de un desagüe para evacuar los condensados que se producen durante el funcionamiento.
Es básico tener en cuenta las diferentes conexiones del equipo, ya que cada una de ellas tiene una función diferente y todas son necesarias para el buen funcionamiento de la caldera. Estas conexiones son:
Entrada de gas: conecta la caldera con la red de gas. Esta conexión debe manipularla siempre personal cualificado y autorizado para ello.
Entrada de agua fría: conecta la caldera con la red de suministro de agua.
Salida agua caliente sanitaria: permite distribuir el agua caliente hacia la ducha y los grifos de la vivienda.
Salida de calefacción: es un tubo que conecta la caldera con el circuito de calefacción para distribuir el agua caliente por toda la casa.
Retorno: esta salida conecta el circuito de calefacción con la caldera, en esta dirección, para que el agua regrese a la caldera, vuelva a calentarse y comience el ciclo de nuevo.
A la hora de pedir presupuestos para la instalación de calderas nuevas, debes tener en cuenta que se contemplen los siguientes aspectos:
Desmontaje y retirada de la caldera antigua.
Instalación de la nueva caldera.
Adecuación de las tomas de gas, calefacción y agua.
Tubo de extracción de humos.
Instalación de la salida de humos.
Tubo de desagüe al tratarse de una caldera de condensación.
El calor fluye desde las zonas con mayores temperaturas hasta las zonas con menor temperatura en un proceso denominado transferencia de calor.
Empezando en la cámara de combustión de la caldera, el calor fluye a través de los tubos y de las paredes del hogar hacia el agua que los rodea. En este punto es cuando se genera el vapor.
Cuando la alta presión en la caldera desplaza el vapor hacia el exterior de la misma, se produce un aumento de temperatura en las tuberías de distribución. En este punto, el calor fluye desde el vapor hacia el aire que rodea a las tuberías atravesando las paredes metálicas de las mismas. Éste es el motivo por el cual una parte del vapor vuelve a convertirse en agua, lo que se denomina condensado. Para evitarlo, las tuberías de vapor deben estar correctamente aisladas para minimizar éstas pérdidas por transferencia de calor indeseadas al aire circundante.
El uso de GLP en calderas de vapor evita vertidos de combustible durante su manipulación, teniendo un sistema más seguro de llenado y transporte, debido a las características del combustible.
Al ser un combustible gaseoso y almacenado a alta presión, no precisa de calentamiento ni bombas para su transporte para la utilización dentro de la fábrica. De esta forma se evita riesgos de que los operarios puedan ser quemados o heridos por el combustible (bunker) debido a su manipulación o la de sus componentes para el transporte.
Se evitan las filtraciones del combustible en caso de fuga, al subsuelo, evitando la contaminación ambiental del suelo de la fábrica y de los acuíferos o pozos de agua que pueda disponer el cliente.
La dureza del agua de alimentación de calderas de vapor se elimina fácilmente mediante el uso de descalcificadores con resinas de intercambio iónico que, cuando son atravesadas por el agua que contiene sales disueltas de carbonato cálcico, captan el ion calcio que arrastra el agua y ceden el ion sodio que almacenan las resinas.
De este modo, el agua que sale del descalcificado está cargada de sales de carbonato sódico.
En una caldera industrial pirotubular, el principal fluido se encuentra en estado liquido y en un recipiente que se encuentra atravesado por tubos. Es a través de estos tubos por los cuales circulan gases a una temperatura elevada como consecuencia del proceso de combustión que se produce. El fluido, es decir, el agua, se evapora cuando entra en contacto con los tubos calientes y crea vapor.
Por su parte, en una caldera acuotubular el fluido se desplaza por los tubos de la caldera durante el proceso de calentamiento y alcanza altas presiones en su salida. Este tipo de calderas son muy utilizadas en centrales termoeléctricas por su gran capacidad de generación de vapor.