La eliminación de incrustaciones metálicas y productos de corrosión generalmente requiere una limpieza química. Los procedimientos de limpieza con ácido o quelante varían mucho según las circunstancias individuales. La limpieza química puede mejorar la tasa de calor de la caldera y reducir la cantidad de fallas en los tubos. Por lo general, mejora la estabilidad de la química de la caldera.
Las soluciones de limpieza alcalinas son básicamente fosfato trisódico y surfactante. Las concentraciones de fosfato trisódico normalmente oscilan entre 0,1 y 1 %. Se puede agregar fosfato disódico y/o hidróxido de sodio. El nitrato de sodio a menudo se agrega cuando se usa cáustico, como precaución contra la fragilización cáustica.
Limpieza ácida: prepare una solución de compuesto decapado, manténgala circulando en el sistema a 90 ℃-100 ℃ y pase rápidamente a través de cada componente del sistema. Después de la limpieza, drene el ácido y enjuague con agua.