La elección entre un sistema de vapor o un sistema de fluido térmico se depende de los requisitos del proceso. El rango o temperatura del proceso es un factor decisivo. Si la temperatura requerida del sistema es más alta que el punto de congelación del agua (0℃) y por debajo de aproximadamente 160℃, la opción suele ser vapor. Sin embargo, si la temperatura requerida es superior a 160℃, el fluido térmico puede ser una mejor solución. Los sistemas de calderas de fluido térmico se pueden diseñado con la temperatura máxima de operación de 325℃.