Inspección y limpieza periódica del quemador
Análisis y reemplazo del aceite térmico según las especificaciones
Inspección y limpieza del intercambiador de calor
Revisión de los sistemas de control y seguridad
Revisión del aislamiento térmico
Capacidad de vapor requerida
Presión de vapor necesaria
Disponibilidad y costo del combustible diésel
Requisitos de espacio e infraestructura
Normativas y regulaciones ambientales aplicables
Costos de inversión y operación a largo plazo
Procesos industriales que requieren vapor, como procesamiento de alimentos, textiles, papel, etc.
Calefacción y generación de vapor en edificios comerciales e institucionales
Aplicaciones móviles, como en barcos, trenes y vehículos de construcción
Generación de energía eléctrica en áreas remotas o donde no hay acceso a gas natural
Costos de mantenimiento y reparaciones
Consumo de energía (combustible, electricidad, etc.)
Costos de mano de obra para operación y gestión
Costos asociados al cumplimiento de normas ambientales
Una evaluación adecuada de los costos totales de ciclo de vida es crucial para seleccionar la opción más conveniente.
Por lo general, las calderas de gas natural tienen un menor costo inicial de inversión que las de combustóleo. Sin embargo, el costo del combustible es menor para las calderas de combustóleo, lo que en cierta medida puede compensar la diferencia de inversión inicial. El análisis del costo total de ciclo de vida es necesario para determinar la diferencia real.
Mayor eficiencia energética: El diésel es un combustible más denso y con mayor poder calorífico que el gas natural o la gasolina, lo que permite obtener más energía por unidad de volumen.
Menor costo de combustible: El diésel suele tener un precio más bajo que otros combustibles como el gas natural o los combustibles líquidos.
Fácil acceso al combustible: El diésel es un combustible ampliamente disponible y fácil de adquirir en la mayoría de las regiones.
Mayor confiabilidad: Las calderas de diésel suelen ser más robustas y resistentes que otros tipos de calderas, lo que les proporciona una mayor vida útil y fiabilidad.
Mejorar la eficiencia térmica: En el proceso de combustión de las calderas industriales, el calor generado por la combustión del combustible se pierde a través de la descarga de los gases de escape a la atmósfera, lo que genera un desperdicio de energía. El precalentador de aire puede recuperar el calor de los gases de escape y transferirlo al agua de alimentación de la caldera, aumentando la temperatura del agua de alimentación y reduciendo así las pérdidas de calor de la caldera, mejorando su eficiencia térmica.
En el diseño y operación de la caldera de vapor para la generación eléctrica, se deben tener en cuenta diversas consideraciones ambientales, como:
Minimizar las emisiones contaminantes (NOx, SOx, partículas, etc.) a través de tecnologías de control de la combustión y sistemas de depuración de gases.