Las calderas de biomasa pueden utilizar una amplia gama de materiales orgánicos como combustible. Las fuentes comunes de biomasa incluyen pellets de madera, astillas de madera, serrín, residuos agrícolas (como paja, tallos de maíz y cáscaras de arroz), cultivos energéticos (como el pasto de elefante y el miscanthus) y plantaciones de biomasa dedicadas. Diferentes calderas pueden estar diseñadas para manejar tipos específicos de biomasa, y se deben considerar las propiedades del combustible, como el contenido de humedad y el tamaño.