Un descenso en el indicador de nivel puede ser debido porque el agua que alimenta a la caldera no llega con el caudal correspondiente debido a: fallos en las válvulas, exceso de depósitos en las conexiones, fallos en la bomba de alimentación, etc.
Otra posibilidad que provoca un descenso en el indicador de nivel es que se haya estropeado por: fugas, rotura, etc.. Excepto cuando sea necesario parar de inmediato la caldera, se revisará con detenimiento tanto los dispositivos de paso e interrupción, como la línea de alimentación incluyendo también los equipos de bombeo y demás accesorios, etc.
Cuando necesitemos parar las calderas, se cortará el suministro de aire, dejando abierta la compuerta de la chimenea y permaneciendo abierta la puerta del hogar. Cuando este apagado el fuego habrá que cerrar las válvulas de alimentación y dejar que esta se enfrié, posteriormente se cerrará la puerta del hogar, se subsanará el problema antes de poner la caldera nuevamente en servicio.
Si estuviéramos operando con una caldera manual, no hay que alterar el fuego, solamente cuando lo tengamos que cubrir con carbón fresco o cenizas húmedas.
Bajo ninguna circunstancia se debe introducir agua en la caldera en el caso de haber desaparecido de los niveles visuales tras un descenso en el indicador de nivel, las consecuencias de esta circunstancia son de extrema gravedad. Señalar las acciones que se deben realizar:
Se cerrará el agua de la caldera.
Se cerrará la válvula de salida principal de vapor.
Se dejará enfriar.
Tras dicha circunstancia si se pretende poner en funcionamiento nuevamente en servicio se procederá del siguiente modo:
Se comprobará si se han producido deformaciones en su interior o si hay fugas de agua.
Se abrirá la válvula de desvaporizar.
Se introducirá en la caldera el agua muy lentamente, hasta finalmente llegar a un nivel normal.
No se vaciará nunca el agua de la caldera encontrándose todavía caliente y con presión, ya que puede provocar averías.