11 Mar 2024
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Las calderas de biomasa que utilizan cascarrillas o huesos como combustible emiten menos dióxido de carbono neto a la atmósfera en comparación con las calderas que queman combustibles fósiles, ya que la biomasa reciclada neutraliza parte de las emisiones al absorber CO2 durante su crecimiento.
El uso de biomasa como combustible contribuye a la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles, ayudando a disminuir la emisión de gases de efecto invernadero y mitigar el cambio climático.
Al utilizar cascarrillas o huesos como combustible, se fomenta la gestión sostenible de los recursos naturales y se promueve la economía circular al aprovechar subproductos que de otro modo podrían ser desechados.
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