25 Feb 2022
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Las sales disueltas que puede contener el agua de entrada a la caldera disminuyen su solubilidad al alcanzar elevadas temperaturas, y se depositan en las paredes afectando a la transmisión y al calentamiento de las superficies y al circuito y al rendimiento de la caldera.
La mejor prevención es tratar correctamente el agua antes de su entrada a los circuitos de la caldera, mediante filtros, descalcificación u ósmosis.
Si el agua que circula por el circuito es dura, es decir, contiene gran cantidad de minerales disueltos, como carbonatos, sulfatos de calcio, o silicatos, o materia orgánica en suspensión, las incrustaciones serán rápidas y provocarán pérdidas de rendimiento y averías.
Las incrustaciones son francamente difíciles de eliminar, es mejor prevenirlas.
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