Las calderas para las fábricas de alimentos se utilizan principalmente durante los procesos de destilación, desinfección, secado y evaporación. Se utiliza el vapor de alta temperatura para cocinar, secar y desinfectar alimentos a alta temperatura. Algunas fábricas también las utilizan para la calefacción central de sus plantas, edificios de oficinas o el procesamiento especial de ciertas comidas.