Diferentes presiones de vapor corresponden a diferentes temperaturas de vapor. La temperatura del vapor de la caldera de baja presión es principalmente la temperatura de saturación o no es superior a 400 ℃. La presión de salida de la caldera de presión media es de 3.8 ~ 5.4 MPa y la temperatura común del vapor es de 450 ℃. La presión de salida de la caldera de presión subalta es de 5.4 ~ 9.8 MPa, y la temperatura común del vapor es de 540 ℃. La presión de salida de la caldera de alta presión es de 9,8 ～ 13,7MPa y la temperatura común del vapor es de 540 ℃.

Un descenso en el indicador de nivel puede ser debido porque el agua que alimenta a la caldera no llega con el caudal correspondiente debido a: fallos en las válvulas, exceso de depósitos en las conexiones, fallos en la bomba de alimentación, etc. Otra posibilidad que provoca un descenso en el indicador de nivel es que se haya estropeado por: fugas, rotura, etc.. Excepto cuando sea necesario parar de inmediato la caldera, se revisará con detenimiento tanto los dispositivos de paso e interrupción, como la línea de alimentación incluyendo también los equipos de bombeo y demás accesorios, etc. Cuando necesitemos parar las calderas, se cortará el suministro de aire, dejando abierta la compuerta de la chimenea y permaneciendo abierta la puerta del hogar. Cuando este apagado el fuego habrá que cerrar las válvulas de alimentación y dejar que esta se enfrié, posteriormente se cerrará la puerta del hogar, se subsanará el problema antes de poner la caldera nuevamente en servicio.

Todas las calderas tienen como mínimo un indicador de nivel de agua. Un tubo de cristal muestra el nivel real del agua en la caldera sean cuales sean las condiciones de trabajo de la caldera. Deben instalarse indicadores de nivel para que nos muestren su lectura más baja del nivel del agua a 50 mm del punto sobre donde ocurrirá el sobrecalentamiento. Alrededor de ellos deben instalarse protectores que no deben impedir la visibilidad del nivel del agua. Los indicadores de nivel son propensos a daños por la corrosión de los químicos en el agua de la caldera, y erosión durante lapurga de fondo, especialmente en el lado del vapor. Cualquier señal de corrosión o erosión nos obliga a cambiar el cristal.