Siempre es importante tener en cuenta el tipo de combustible de una caldera porque a menudo significa una diferencia esencial en sus costos operativos. También puede afectar su impacto ambiental, por lo que es importante conocer bien todos los diversos tipos de combustible para sus calderas.

El carbón es un combustible de caldera común. Incluso se puede distinguir entre trozos de carbón y carbón triturado, y este último tipo se quema más eficientemente en la mayoría de los casos. Por supuesto, el carbón no es el combustible más limpio, aunque generalmente sigue siendo una fuente común de energía para las calderas.

También hay una gran cantidad de calderas que funcionan con gas y petróleo. El gas natural contiene una mezcla de varias sustancias, incluyendo metano, propano y butano. Mientras tanto, las calderas de petróleo pueden dividir en el diesel, gasolina u otros tipos de combustibles derivados del petróleo.

Finalmente, algunas calderas seleccionan la biomasa en vez de los combustibles tradicionales. Estos son tipos de combustible menos comunes aplicados por compañías ambientalmente progresivas que utilizan las astillas de madera, cáscaras de arroz y diversos materiales vegetales ecológicas.

Cuando quiere seleccionar una caldera en base al combustible que utiliza, es mejor elegir una caldera que pueda funcionar con más de un tipo de combustible. Por ejemplo, la serie de WNS de ZOZEN puede funcionar con gas natural, biogás, combustible # 2 aceite que le proporciona varias opciones de combustible.

Uno de los beneficios principales de una caldera que puede funcionar con múltiples tipos de combustible es poder realizar ajustes de los costos de combustible. Los precios de combustible pueden fluctuar tanto que a veces es difícil comprometerse con un tipo todo el tiempo. Es mejor tener más opciones.