La selección del colector de polvo para calderas de carbón se decide por los requisitos de la recolección de polvo. Si sólo necesita la recolección de polvo, el filtro de bolsa de impulso es una buena opción, la eficiencia puede alcanzar hasta el 99%. Si se requieren tanto la recolección de polvo como la desulfuración, se debe elegir el filtro de bolsa de desulfuración por pulverización. Se recomienda el filtro de bolsa de mayor capacidad de desulfuración de álcali doble para los requisitos más altos.
En estas calderas, por el interior de los tubos pasa agua o vapor y los gases calientes se encuentran en contacto con las caras exteriores de ellos. Son de pequeño volumen de agua. Las calderas acuotubulares son las empleadas casi exclusivamente cuando interesa obtener elevadas presiones y rendimiento, debido a que los esfuerzos desarrollados en los tubos por las altas presiones se traducen en esfuerzos de tracción en toda su extensión.
La limpieza de estas calderas se lleva a cabo fácilmente porque las incrustaciones se quitan utilizando dispositivos limpiadores de tubos accionados mecánicamente o por medio de aire.
La circulación del agua, en este tipo de caldera, alcana velocidades considerables con lo que se consigue una transmisión eficiente del calor y por consiguiente, se eleva la capacidad de producción de vapor.
Generalmente el quemador se selecciona en función de la potencia de la caldera. Si ésta es de gran tamaño, el quemador no debería ser inferior a una unidad de “tamaño” por debajo de la potencia de la caldera. Un quemador demasiado pequeño consumirá la mayor parte de la energía (y del combustible) para calentar una unidad grande de calefacción. Es posible instalar en nuestra caldera un quemador que sea una unidad de “tamaño” mayor, por ejemplo en aquellos casos en los que la potencia de la caldera está en el límite de la potencia del quemador. En tales casos conviene recordar que la caldera no recogerá el exceso de potencia del quemador – la potencia de la caldera es el último parámetro que determina nuestro confort térmico.
En primer lugar, asegúrese de que el conducto de evacuación del humo de la chimenea sea el correcto y esté limpio. Algunas veces, el poco uso hace que el mismo esté obstaculizado e impida salir el humo. Compruebe también que la habitación donde está encendida la chimenea tiene una ventilación adecuada, que facilita la salida de humo. Si el problema persiste, contacto con la persona que realizó la instalación.
Sí. En las calderas estancas convencionales la salida de humos es metálica (generalmente, de aluminio), mientras que en las calderas de condensación es de pvc. La longitud máxima de evacuación es la que indique el fabricante en sus manuales de instalación y hay que prestar especial atención para asegurar un correcto funcionamiento.
Además, la caldera de condensación es conveniente que esté ubicada cerca de un desagüe para evacuar los condensados que se producen durante el funcionamiento.