Algunas de las ventajas de utilizar una caldera de biomasa industrial son:
Reducción de costos: el uso de biomasa como combustible puede ser más económico en comparación con los combustibles fósiles.
Energía renovable: la biomasa es una fuente de energía renovable y sostenible, ya que proviene de materiales orgánicos que se pueden regenerar.
Las calderas de biomasa industrial son más respetuosas con el medio ambiente, ya que utilizan combustibles renovables y emiten menos gases contaminantes.
Las calderas industriales de biomasa pueden utilizar diferentes tipos de biomasa, como pellets, astillas, residuos forestales, agrícolas o urbanos. El tipo de biomasa utilizado puede afectar al rendimiento de la caldera, ya que algunos combustibles pueden tener un mayor contenido de humedad o impurezas que otros.
La alta temperatura de escape en una caldera de biomasa puede ser causada por varios factores, que incluyen:
1. Suministro de aire insuficiente: si no se suministra suficiente aire a la cámara de combustión, es posible que el combustible no se queme por completo, lo que provocará altas temperaturas de escape.
2. Suministro excesivo de combustible: El suministro excesivo de combustible puede sobrecargar la caldera, provocando una combustión incompleta y altas temperaturas de escape.
La parrilla push-pull puede quemar combustibles sólidos de forma irregular con alto contenido de humedad. Debido al movimiento repetido de la parrilla, el combustible se quema por completo. Por lo tanto, la eficiencia de combustión de la caldera es mayor.
El mantenimiento y limpieza de una caldera de aceite térmico de biomasa es importante para garantizar su eficiencia y durabilidad. Aquí te presento algunos pasos generales para el mantenimiento y limpieza de este tipo de calderas:
Limpieza del quemador: El quemador es una de las partes más importantes de una caldera de biomasa. Debe limpiarse regularmente para evitar que se acumule polvo y cenizas en su interior, lo que puede afectar su eficiencia. La frecuencia de limpieza dependerá de la cantidad de uso, pero generalmente se recomienda hacerlo cada 2 a 4 semanas.
La quema de biomasa en las calderas emite menos dióxido de carbono (CO2) que los combustibles fósiles, lo que puede reducir el impacto ambiental de la producción de energía.