Una caldera industrial se utiliza para generar vapor o agua caliente que se utiliza en distintos procesos industriales, como calefacción, generación de energía, producción de vapor para esterilización o limpieza, entre otros.
La Recirculación de Gases de Combustión (FGR) es una técnica utilizada en calderas de gas para reducir las emisiones de NOx (óxidos de nitrógeno). Consiste en recircular una parte de los gases de escape de la caldera de vuelta a la cámara de combustión. Este proceso reduce la concentración de oxígeno en el aire de combustión, disminuyendo la temperatura de la llama y, por lo tanto, la formación de NOx.
Ventajas:
Alta eficiencia de transferencia de calor.
Capacidad para generar grandes cantidades de vapor.
Diseño compacto y ligero.
Mayor seguridad debido a la baja cantidad de agua contenida en los tubos.
Posibilidad de utilizar diferentes tipos de combustibles.
La puesta en marcha de una caldera industrial de vapor generalmente incluye los siguientes pasos: verificación de las conexiones y sistemas, llenado de agua y purga del sistema, encendido de la caldera, ajuste de los controles y verificación de su funcionamiento, y finalmente, la prueba de rendimiento y ajuste de parámetros según las necesidades y requerimientos específicos.
La instalación de una caldera industrial de vapor requiere un espacio adecuado que cumpla con los códigos de construcción y las normativas locales. Generalmente, se necesitan áreas bien ventiladas y con acceso para mantenimiento. Además, se debe considerar la ubicación de la caldera en relación con las fuentes de combustible y agua.
Los factores clave que influyen en el rendimiento y la efectividad de un economizador incluyen la temperatura de los gases de escape, el flujo de gases y agua, la superficie de intercambio de calor y la limpieza de los tubos. Para maximizar la eficiencia del economizador, es importante mantener una diferencia de temperatura adecuada entre los gases de escape y el agua de alimentación, asegurar un flujo adecuado y equilibrado de gases y agua, garantizar una superficie de intercambio de calor limpia y libre de depósitos de hollín y cenizas, y realizar un mantenimiento regular para garantizar un funcionamiento óptimo del economizador.
Los principales componentes de un economizador son los tubos de intercambio de calor, los colectores de entrada y salida de agua y los deflectores de gases. Los tubos de intercambio de calor están ubicados dentro de la carcasa del economizador y permiten que el agua de alimentación se caliente al entrar en contacto con los gases de escape calientes. Los colectores de entrada y salida de agua aseguran un flujo adecuado del agua a través de los tubos y los deflectores de gases ayudan a dirigir los gases de escape a través de los tubos para una transferencia de calor eficiente.